Dos meses sin ti, abuela. Los días pasan y aquí nadie se olvida de ti, de tu cariño. Me pongo a pensar y... no te pude devolver todo el amor que tú me entregaste. Pero ya no pienso de tal forma, ahora sé que con los años voy a mostrarle al mundo como, gracias a ti, crezco como persona y evoluciono como tal. No más lágrimas sino sonrisas al recordarte, al tenerte presente en cada dificultad que tenga en mi camino y cómo, tú, me enseñaste a observar y pensar detenidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario