Dos meses sin ti, abuela. Los días pasan y aquí nadie se olvida de ti, de tu cariño. Me pongo a pensar y... no te pude devolver todo el amor que tú me entregaste. Pero ya no pienso de tal forma, ahora sé que con los años voy a mostrarle al mundo como, gracias a ti, crezco como persona y evoluciono como tal. No más lágrimas sino sonrisas al recordarte, al tenerte presente en cada dificultad que tenga en mi camino y cómo, tú, me enseñaste a observar y pensar detenidamente.
Bitácoras personal como medio de expresión.
viernes, 30 de enero de 2015
jueves, 15 de enero de 2015
Una tarde en el puerto.
Las nubes translúcidas que se hallaban en el cielo de ese pequeño puerto dejaban a la vista una preciosa imagen. Barcos descansando en la tranquila mar, gaviotas graznando y, por último, el aroma de la sal impregnado por todo el pueblo.
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